Las cosas que jamás conté

Presentación: Benamejí, Viernes 10 de Diciembre. 20:30H
Firma de libros:
Cádiz, 17 de diciembre. 19:00h (Librería Manuel de Falla)
Madrid, 28 de Enero. 18:00h (Librería San Pablo)
Málaga, 4 de Febrero. 18:30h (Centro de Arte Contemporáneo de Málaga)
Próximamente en: Málaga, Jerez, Granada, Madrid, Córdoba, Sevilla.
Emilio Leiva Profesor
Licenciado en Filología Hispánica por la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Córdoba y Director y profesor de Lengua castellana y Literatura en el Centro de enseñanza Jesús Rescatado y Academia privada Arruzafa. Ha sido profesor en el colegio Bética-Mudarra (Teresianas) y articulista de Diario Cordoba.
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Me debo muchas cosas. Más de las que yo pensaba… Me debo recuperar los sueños que dejé que me robaran por iluso, las noches sin dormir poniendo soluciones a lo que el tiempo en sí ya pone, lo que di sin esperar de vuelta y allá se quedó… Me debo las horas perdidas por lo que no merecía la pena, los miedos que no libré para ser feliz, los días robados que ya no vuelven, los besos que di en el lugar equivocado y el abrazo que nunca recibí cuando la vida invitaba a dármelo… Me debo las palabras gastadas, veinte poemas de amor vacíos hasta llorar la canción desesperada y los silencios que el destino me trajo como respuesta… Me debo a mí y me debo la vida. La mía. Mucha. Y ya estoy de vuelta para cobrarme todas las deudas que acumulé en otra y seguir siendo feliz en esta.
Cuando la vida se puso en serio...


Entendí que hay puntos finales que son el inicio de muchas historias. Acepté que en este viaje habría personas que solo se quedarían un rato. Aprendí a dejar marchar a quien no se quería quedar. Comprendí que hay carreteras para todos y que el mundo tiene que girar. Entendí que no todas las personas harían por mí lo que yo puedo llegar a hacer por ellas y que algunas podrían llegar a hacerme a mí lo que jamás hubiera hecho yo. Acepté que para continuar no se puede mirar atrás. Aprendí a colocar dos puntos más al final y a hacer que mi historia no se detenga. Comprendí que la vida sigue…, y yo con ella.





Cuando la vida se puso en serio
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